viernes, 11 de diciembre de 2015

La otra cara del cambio climatico.

Philippe Verdier ha trabajado en el servicio meteorológico de France 2 televisión durante 20 años, buena parte de ellos como jefe de sección. El trabajo acabó el pasado octubre al publicar el libro Climat Investigation. ¿Y qué tiene de malo que un periodista del tiempo escriba un libro sobre el clima?, se preguntarán. Pues bien, Verdier no habla del horror que nos espera en los años que vienen por la terrible acción del hombre en la naturaleza; no habla del derretimiento de los polos ni de los problemas del agua: él quiere hablar de las ventajas del cambio climático.
"Siempre damos una visión catastrofista, pero creo que también hay que mostrar lo positivo", explica Verdier a Crónica. El periodista insiste en que su investigación se centra en Francia, no es extrapolable al resto del mundo. Según él, Francia tiene que estar agradecida al cambio climático. Tan sólo en 2014 le ha permitido gastar menos en electricidad (menos frío, menor gasto en calefacciones), la producción de maíz y cereales ha crecido hasta cifras jamás esperadas, hay menos muertos por gripe y la tediosa canícula de los veranos se ha vuelto cada vez menos agresiva...
En realidad no se trata de una investigación sino de dar la palabra a todos los científicos y conferenciantes que Verdier ha podido escuchar en sus años al servicio de la televisión pública gala. "Ellos no son considerados como científicos oficiales en temas de clima ya que tienen otra visión", asegura Verdier.
No es un escéptico de las corrientes oficiales, respaldadas por la ONU y los gobiernos que ahora participan en la Cumbre del Clima de París -aunque los resultados y acuerdos sean cuestionables o queden en papel mojado-, pero considera que el temor que pregonan actúa como un "secuestro mundial", una "máquina de guerra destinada a mantenernos en el miedo" mediante "científicos manipulados y politizados por conflictos de interés, medios cegados por la presión de la publicidad y accionistas e intereses financieros contradictorios", como citaba él en el vídeo de la publicidad de su libro.
Su libro le ha costado el puesto de trabajo, según cuenta. La televisión pública sí le permitía publicarlo pero no promocionarse como jefe de meteorología en France 2. "Si hubiera escrito un libro de jardinería no me habrían despedido", denuncia. Verdier habla de presión y las malas lenguas señalan incluso al Elíseo, idea que él prefiere no barajar aunque sí reconoce la influencia del Gobierno sobre los medios franceses estos últimos meses. "Todos los periodistas que cubren el tiempo han sido recibidos por el Gobierno y el ministro de Asuntos Exteriores, que les decían cómo debían vender ante los espectadores que la cuestión del clima es grave y que la Cumbre de París es muy importante. Yo no quise hacer eso. Y a muchos no les ha parecido bien que me tome la libertad de criticarlo"."Creo que la manera de presentar las cosas siempre va en una sola dirección: decir que el cambio climático es grave. Sí, es grave, pero podemos hablar del lado positivo. En Francia en estos momentos hay más consecuencias positivas que negativas, aunque es uno de los países menos afectados por la crisis climática. Puede que en España la cuestión sea diferente, yo no hablo de un eco mundial, hablo de Francia".
En estos días, donde todos los líderes mundiales, científicos y activistas ponen sus miradas en París para ver si hay solución a la catástrofe natural anunciada, Verdier no se ha quedado sin trabajo. Al margen de Le Bourget, la localidad donde se celebra la Cumbre, Verdier trabaja con la edición francesa de Russian Today. Este medio ruso le propuso hacer una crónica diaria en vídeo. En su primera entrega Verdier insiste en que ésta no es sino otra de las reuniones anuales sobre el clima sin continuación. "La urgencia es diplomática o política", dice. "El Nobel de la Paz 2007, Al Gore, avalado por Naciones Unidas, decía: "Si no nos preocupamos por el cambio climático, si el calentamiento continúa, tendremos cada vez más y más riesgo de guerras". A fuerza de constatar que, como dicen muchos expertos, hemos vivido los 20 años más cálidos de la historia, ¿qué tenemos? Una bajada de las guerras y de las víctimas de los conflictos".

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