martes, 13 de mayo de 2014

Discutir constantemente acorta la vida

Una persona que discute constantemente con su cónyuge, colegas o vecinos corre el riesgo de duplicar e incluso de triplicar el riesgo de morir. Ello se debe a que el estrés que generan las riñas nos vuelve más vulnerables ante diversas enfermedades.
Un equipo de investigadores daneses de la Universidad de Copenhague asegura que el estrés causado por la preocupación del día a día, debido al hostigamiento, las discusiones o las exigencias excesivas del entorno, puede conducir a enfermedades del corazón, así como a debilitar el sistema inmunológico, lo que lleva a una persona a padecer otros problemas de salud. Los efectos parecen ser mucho más alarmantes en los hombres porque, a diferencia de las mujeres, no suelen compartir sus problemas con sus amigos o familiares.
La doctora Rikke Lund, autora principal del estudio, chequeó con ayuda de sus colegas el estado de salud casi 10.000 hombres y mujeres danesas de entre 36 y 52 años de edad durante 11 años en el marco de un estudio sobre trabajo, salud y desempleo. Todos los participantes completaron regularmente un cuestionario para estipular la frecuencia con la que se enfrentaban a preocupaciones o a conflictos y con qué frecuencia se presentaban tales situaciones.
Durante este período murieron 196 mujeres y 226 hombres por causas que iban desde enfermedades del corazón o cáncer, hasta enfermedades del hígado por el abuso del alcohol y el suicidio. Los académicos utilizaron posteriormente una fórmula matemática para calcular la probabilidad de hombres y mujeres que murieron en función de la frecuencia con la que habían informado que discutían.
La conclusión de los expertos es que las discusiones o conflictos entre las parejas, familiares, amigos y conocidos duplican e incluso triplican las posibilidades de morir en comparación con los que rara vez discuten.
Lund sostiene que la tensión es la principal culpable de muerte prematura, ya que lleva a una persona a padecer una presión arterial alta y enfermedades del corazón. Aunque el estudio no demuestra que el estrés provoque cáncer, sí plantea la posibilidad de que el pueda conducir a una persona al suicidio o a muertes relacionadas con el uso excesivo de alcohol.
http://actualidad.rt.com/ciencias/view/127741-discutir-morir-estres-enfermedad-suicidio

sábado, 10 de mayo de 2014

La visión antropocéntrica distorsiona la biología.

Los científicos pueden ser impresionantes, pero siguen siendo seres humanos, y también son presa de los mismos sesgos cognitivos que todos los demás. Ahora, un grupo de investigadores dicen haber descubierto que el sesgo conocido como antropocentrismo está frenando la investigación genética y limitando gravemente nuestros descubrimientos.
Eucariontes
El antropocentrismo es la idea de que la humanidad es la forma más importante de la vida en el universo.
Esto se convierte en un sesgo cognitivo cuando proyectamos motivaciones o valores humanos en otras formas de vida, o incluso al propio universo. Caemos presa del sesgo antropocéntrico un poco cuando vamos describiendo animales, porque resulta tentador para todos, dice Richard Attenborough, el mirar sus vidas como que tienen más miedo, o más belleza, o con estrategias más pícaras que la nuestra.
Pero este sesgo también puede presentarse con formas más sutiles, como son las distintas formas de vida que creemos que son dignas de estudio.
Pero este sesgo también puede presentarse en formas más sutiles , como la formación que las formas de vida , creemos que son dignos de estudio.
Un grupo de investigadores de genética de la Universidad de British Columbia realizó un gran estudio para investigar qué formas de vida han elegido los científicos para la secuenciación del ADN.
Publicado en la revista Cell el mes pasado, su trabajo revela que la gran mayoría son animales similares a los humanos. En términos más generales, los científicos tienden a favorecer en sus estudios a loseucariotas, o formas de vida que tienen núcleos de sus células.
Esto incluye a animales y plantas, pero no a bacterias, a pesar del hecho de que las bacterias han demostrado una y otra vez  ser cruciales para la medicina y los descubrimientos genéticos.
En un comunicado del autor principal, Javier del Campo, explica:
Aún seguimos analizando mayormente los mismos grupos eucariotas conocidos, animales, hongos y plantas, en gran parte debido a que su utilidad es más evidente, están más cercanos a nosotros como seres humanos y, francamente, porque podemos verlos a simple vista .
Pero partiendo de la gran diversidad biológica y del punto de vista genómico, este enfoque antropocéntrico es irrelevante y potencialmente nos detiene. Nos estamos perdiendo la oportunidad de estudiar la mayor parte de la diversidad del planeta, lo que significa que se está perdiendo la oportunidad de estudiar una serie de estrategias de vida alternativas, novedosas vías metabólicas y nuevas funciones de los genes.
Procariontes
Vale la pena pensar seriamente en el comentario de Javier del Campo acerca de “perder la oportunidad de estudiar una serie de estrategias alternativas de vida”. Al centrarnos en los eucariotas, como nosotros, que estamos sesgando los resultados de la investigación haciendo parecer que nuestro tipo de estrategias de vida (oxígeno para respirar, quema de azúcar) son los únicos que funcionan. Se puede ver una tendencia similar en las discusiones sobre la vida en exoplanetas, en los que estamos a favor de buscar en planetas que contengan agua, porque es crucial para la química de la vida en la Tierra .
Pero, ¿cómo vamos a comprender verdaderamente las diversas posibilidades de la vida, si ni siquiera estamos estudiando las formas de vida en la Tierra que se encuentran fuera del ámbito de lo familiar? Tenemos que salir de esa caja antropocéntrica para averiguar si hay formas radicalmente diferentes de vida con entidad biológica. Esto podría ayudarnos a comprender no sólo la vida que nos rodea, sino las formas que podría adoptar la vida en otros mundos.
por Annalee Newitz, 1 de mayo 2014
- Fuente: revista Cell .
- Imágenes de Wikipedia, Eucariontes y Procariontes .
http://bitnavegante.blogspot.com.es/2014/05/sesgo-cognitivo-frena-investigacion-vida.html

viernes, 9 de mayo de 2014

Las empresas mejoran el clima laboral mediante la enseñanza de monjes y coach.

Lobsang Namgyel, antiguo hombre de negocios australiano, es hoy monje.
Un monje budista y un coach trabajando juntos para adiestrar a hombres de negocios y altos directivos. Técnicas de meditación y control mental para mejorar la productividad. La felicidad del obrero como alternativa a los despidos y a la precariedad laboral. Lo que hasta hace poco parecía ciencia ficción, se va instalando con fuerza en las organizaciones. “Está demostrado: las empresas que tienen un buen clima laboral y una motivación positiva de sus empleados son un 40% más productivas”, asegura Pascual Olmos, quien durante los últimos nueve años ha sido director comercial de Repsol. Olmos —que acaba de jubilarse— da otro dato: “Según un estudio de la revista Fortune, las empresas que poseen al personal más motivado tienen un valor en Bolsa un 50% superior a las otras”.
Con 17 años de trabajo en Ford y 20 en Repsol, donde tenía 11.000 empleados a su cargo, este exdirectivo es uno de los 250 alumnos que en los últimos años han pasado por Mind Workshop, los talleres ofrecidos por el monje budista Lobsang Namgyel y el coach Fernando Iglesias, con el propósito de “transformar la mente y desarrollar la sabiduría” de quienes tienen poder y pueden influir más en el mundo empresarial y en la sociedad.
“Cuando la mente no está en calma, como por ejemplo cuando está condicionada por una emoción destructiva, solemos tomar decisiones de las que nos arrepentimos. Es muy difícil estar enfadado con alguien y tener una mente clara para actuar de forma beneficiosa para el conjunto”, asegura Iglesias, uno de los fundadores de Evocalia, empresa que da asesoramiento a firmas como Hewelt-Packard, Eroski, Gallina Blanca o Repsol.


“Me preguntaba qué hace que esta gente esté tan contenta con tan poco, y cómo es posible que no guarden rencor cuando los agreden o incluso torturan”, recuerda.Cuenta Iglesias que en su labor decoach de hombres de negocios y directivos, se dio cuenta de que muchos altos cargos estaban insatisfechos pese a su posición de poder y que en múltiples ocasiones esa energía negativa se trasmitía al colectivo bajo su mando, perjudicando los resultados. Interesado en el budismo tibetano desde hacía tiempo, y buscando en qué fuente beber para mejorar su trabajo, Iglesias viajó en 2006 al monasterio de Kopa, en Katmandú, y asistió a un curso para extranjeros.



La primera experiencia se realizó en 2008 en la ciudad de Toulouse y consistió en un retiro de una semana para ocho directivos de empresas pequeñas y grandes. Las enseñanzas de Lobsang Namgyel se combinaron con sesiones de meditación y silencio, así como con actividades puras decoaching dirigidas por Iglesias. “El éxito fue absoluto”, recuerda Iglesias. “La mayoría repitió después y muchos han enviado a los equipos a su cargo a talleres posteriores”.La persona que dirigió su retiro en el monasterio de Kopa fue el venerable Lobsang Namgyel, un antiguo hombre de negocios australiano que se convirtió al budismo después de un grave accidente —lleva ya 30 años de monje en la India— y hoy es un reputado maestro a cargo del Root Institute in Bodh Gaya. Durante el curso hubo afinidad entre ambos, y posteriormente Iglesias le propuso a su maestro ofrecer talleres de iniciación para altos ejecutivos, convencido de que “transformando la mente de aquellos que tienen más poder, se pueden influir más en el mundo para que sea sostenible y mejor”.

“Una mente sabia es una mente altruista y esta empieza por el desarrollo de la generosidad”, afirma Rosa Cruz, asistente a aquel primer curso de Toulouse y quien desde entonces no se ha perdido uno. Cruz trabaja en el sector de venta de infraestructura de telecomunicaciones —hasta hace poco como responsable de distribución para el Sur de Europa de la multinacional Juniper, y ahora para Cisco—, y explica que durante el taller se aprende “a manejar mejor la presión y el estrés”, y al sentirse uno satisfecho en lo individual, mejora el clima laboral y también la productividad.
Cuando hablamos de mente altruista no hablamos de no esperar nada para uno mismo. “Se trata, más bien, del egoísmo inteligente en contraposición al egoísmo idiota, según los términos acuñados por el Dalai lama”, dice Fernando Iglesias. “Es normal que uno quiera que le vaya bien, y sentirse satisfecho, pero es inteligente no olvidar y entender que gran parte de ese deseado bienestar proviene, por el principio de la interdependencia, de los demás; del conjunto”, continúa. Egoísmo idiota sería ver las situaciones de forma estrecha y cortoplacista, buscando el interés propio sin tener en cuenta el sistema.
Olmos está de acuerdo. Considera que en el proceso de autoconocimiento que se experimenta con la práctica budista uno aprende “a tener paciencia y a mirar a largo plazo, a repensar las prioridades, a reorientar las motivaciones, y esto es beneficioso en lo individual, pero también para la empresa”. La mejora del clima laboral hace que los resultados sean mejores, asegura Olmos, y da datos objetivos referidos a Repsol. “En 2006 pedimos que se calificara el clima laboral de 1 a 100, y los trabajadores lo evaluaron en 47. En 2008 la calificación se elevó a 57 y en 2011 llegó a 72. Y la productividad mejoró sensiblemente”.

El ‘lifting’ de Rosa Cruz

En 2008 Rosa Cruz trabajaba como responsable de distribución para el Sur de Europa de la multinacional Juniper (con 8.000 empleados en el mundo y 9.000 millones de euros de facturación) y tenía un estrés que se subía por las paredes. “En el trabajo estaba todo el día alterada y gritando, siempre estaba afónica”, recuerda. Rosa había tenido a Fernando Iglesias como coachy se había entendido bien con él, por eso cuando le habló de un experimento en Toulouse con un monje budista, se animó a probarlo.
Rosa había practicado alguna vez yoga y poco más, pero el retiro con el venerable Lobsang Namgyel, sus enseñanzas y la práctica de la meditación le “abrió los ojos”. “El mismo día que regresé al trabajo tenía un consejo de dirección, y mi jefa me dijo: “te veo más joven ¿te has hecho un lifting?”. Le respondí que no, que había hecho algo mejor”. Cruz asegura que aquella experiencia marcó “un antes y un después” en su vida y en su trabajo. “Ya no grito, todo lo resuelvo de otro modo. La gente en mi nueva empresa me dice que no me imaginan alterada y hablando en voz alta…”.
Desde 2008 Cruz ha asistido a todos los Mind Workshop organizados por Iglesias. Este año se realizarán en El Escorial en el mes de mayo —ahora duran tres días y medio— y Rosa ya está inscrita. Por ellos han pasado cerca de 250 alumnos, muchos altos directivos de empresas como Bodegas Torres o Repsol.
Pascual Olmos mandó a todo su equipo directivo cuando era director comercial de Repsol, y en 2012 publicó junto a Alex Rovira el libro La vida que mereces, que propone una alternativa al sistema actual basado en la búsqueda de un sendero que armonice lo material con lo espiritual, la productividad con la satisfacción personal, la rentabilidad con una economía que cuide el planeta.
Fuente:
http://economia.elpais.com/economia/2014/04/04/actualidad/1396639638_090417.html

jueves, 8 de mayo de 2014

El antiguo enigma griego que nos ayuda a entender las amenazas de las enfermedades modernas

Incluso enfrentado a la muerte, Zenón de Elea supo frustrar a la gente. Arrestado por conspirar contra el tirano Demylus, el filósofo griego se negó a cooperar. La leyenda cuenta que, en lugar de hablar, se mordió su lengua y se la escupió a su captor.
La carrera de nunca acabarZenón pasó su vida exasperando a los demás. Antes de su desaparición, tenía la reputación de creación de enigmas desconcertantes. Evocó una serie de situaciones, aparentemente contradictorias, conocidas como “las paradojas de Zenón”, que han inspirado siglos de debate entre los filósofos y matemáticos. Ahora, sus ideas están ayudando a los investigadores a hacer frente a un problema mucho más peligroso.
El más famoso de los enigmas de Zenón es “Aquiles y la tortuga“. El famoso héroe de la guerra de Troya, Aquiles, se alinea para una carrera de larga distancia contra una tortuga (que presumiblemente sigue regodeándose tras vencer a la liebre de Esopo). En aras de la equidad, Aquiles da una cierta ventaja a la tortuga, digamos de una milla. Cuando se inicia la carrera, Aquiles pronto llega a la posición de partida de la tortuga. Sin embargo, en el tiempo que le lleva llegar a este punto, la tortuga se ha desplazado pesadamente hacia adelante, tal vez una décima parte de milla. Aquiles cubre rápidamente este terreno, pero la tortuga entretanto se ha vuelto a mover.
La paradoja de Zenón: Aquiles y la turtuga
Zenón argumentaba que debido a que la tortuga siempre va por delante en el momento que Aquiles llega a su posición anterior, por tanto el héroe nunca podrá alcanzarla. Mientras que la distancia total que tiene que correr Aquiles disminuye cada vez, hay un número infinito de espacios que cubrir :
1 + 1/10 + 1/100 + 1/1000 + …
Y de acuerdo con Zenón, “Es imposible recorrer una infinidad de cosas en un tiempo finito.”
No fue sino hasta el siglo XIX que los matemáticos demostraron la equivocación de Zenón. A medida que la distancia entre Aquiles y la tortuga se hace más y más pequeña, Aquiles recuperaba terreno cada vez más rápido. De hecho, la distancia con el tiempo llegaba a ser infinitamente pequeña, tan pequeña que Aquiles la recorría al instante. El resultado es, que alcanza a la tortuga, y la adelanta.
¿En qué punto alcanza Aquiles a la tortuga? Gracias al trabajo de los matemáticos del siglo XIX, como Karl Weierstrass, existe una regla muy clara por esto.
Para cualquier número n entre 0 y 1,
1 + n + n2 + n3 + … = 1/(n -1)
En el problema de Zenón n=1/10, lo que significa que Aquiles alcanzará a la tortuga después de 1,11 millas más o menos.
Este resultado puede parecer que no es más que una curiosidad histórica, una solución inteligente para un antiguo rompecabezas; sin embargo, hoy día la idea se va haciendo más relevante. En vez de usarlo para estudiar una carrera entre un corredor y un reptil, los matemáticos lo están utilizando en la lucha contra las enfermedades .
Desde que el Síndrome Respiratorio de Oriente Medio (MERS) se reportó por primera vez en septiembre de 2012, más de 400 casos han aparecido en todo el mundo. En alguna ocasión, el brote afecta a una sola persona, infectado por algún agente externo, a menudo de fuente desconocida. Otras veces, hay un grupo de personas infectadas que no han tenido contacto entre sí.
Una manera de medir la transmisión de la enfermedad es con el número de reproducción, que denota R. Este es el número promedio de casos secundarios generados por una típica persona infectada. Si R es mayor que uno, cada persona infectada producirá al menos un caso secundario, y la infección podrá causar una gran epidemia. Si R es menor que uno, el brote se desvanecerá con el tiempo.
Incluso si la infección no ha logrado causar una epidemia, sigue siendo importante saber cuál es el su número de reproducción. Cuanto más cerca esté el virus de ese umbral crucial de uno, tanto menores serán los obstáculos que debe superar para difundirse de manera eficiente.
Usando el número de reproducción, podemos estimar lo que puede ocurrir cuando una nueva infección entra en una población humana. De promedio, un caso inicial podrá generar casos secundarios R. Estas infecciones R generarán entonces más R, lo que significará nuevos casos R2, y así sucesivamente .
Si R es menor que uno, esto creará un patrón justo como el de Aquiles y la tortuga. Así que, si sabemos cuál es el número de reproducción, podemos usar la misma fórmula para calcular cómo será, de promedio, el tamaño de un brote:
El tamaño promedio de un brote = 1 + R + R2 + R3 + … = 1/(1-R)
El problema es que no sabemos cuál es el número de reproducción de MERS. Afortunadamente, sí sabemos cuántos casos se han informado de cada brote. Esto significa que para estimar el número de reproducción (asumiendo que esté por debajo de 1), sólo tenemos que dar la vuelta a la ecuación así:
R = 1 – 1/(tamaño promedio)
El primer año de casos reportados de MERS, las agrupaciones de enfermedades variaron de un solo caso a un grupo de más de 20 personas, con un tamaño medio de brote de 2,7 casos. De acuerdo con el cálculo anterior, el número de reproducción, por lo tanto podría haber sido de alrededor de 0,6.
Por el contrario, +sólo había dos grupos de casos reportados+ en Shanghai, durante los brotes de gripe aviar H7N9 en la primavera de 2013. El tamaño medio del brote fue de 1,1 casos, lo que nos da un número de reproducción estimado de 0,1, mucho más pequeño que el de MERS.
Aunque técnicas como estas sólo proporcionan estimaciones muy aproximadas, ofrecen a los investigadores una forma de evaluar el riesgo de la enfermedad y sin conjuntos de datos detallados. Estos métodos son especialmente valiosos durante un brote. De la gripe aviar a MERS, la información es un bien escaso cuando encaramos las infecciones que, al igual que los desafíos de Zenón, no renuncian a sus secretos fácilmente.

- Autor: Adam Kucharski, investigador de Matemática Epidemiología en la London School of Hygiene and Tropical Medicine.

Referencia: The.Conversation.com .

por Adam Kucharski,