lunes, 14 de enero de 2013

Criptobiosis; los Tardígrados.



Unos pequeños seres han despertado mi curiosidad en mi afición a la microscopia  y la de todo el panorama científico, por sus extrañas cualidades. Ya hemos hablado en el Blog sobre ellos. Se trata de los tardígrados, o también conocidos como “osos de agua”. Aunque fueron descubiertos hacia finales del siglo XVIII, es hoy cuando empezamos a darnos cuenta de la trascendencia de las características de estos diminutos invertebrados.

Pasemos a analizarlos.
tardígrado, da.
(Del lat. tardigradus).
1. adj. Zool. Se dice de los animales que se distinguen por la lentitud de sus movimientos, y especialmente de los individuos del filo de los Tardígrados (Ej.: Perezoso).
2. m. pl. Zool. Filo de invertebrados microscópicos afines a los artrópodos, de cuerpo rechoncho cubierto por cutícula y cuatro pares de patas terminadas en uñas.
Osos de agua

Hypsibius dujardini
Clasificación científica

Reino:
Animalia
Filo:
Tardigrada
Spallanzani, 1777
Clases*[1]:
Heterotardigrada
Mesotardigrada
Eutardigrada
(…)
Los Tardígrados son una de las especies más interesantes del mundo, ya que poseen unas cualidades que les permiten sobrevivir en las condiciones más extremas, incluso, en ambientes donde se conoce que puedan habitar muy pocas especies, como el espacio abierto, donde la falta de oxígeno es motivo más que suficiente para pensar que ninguna de las especies de la tierra basadas en ese elemento químico pudieran hacerlo.
Estos pequeños animales fueron descubiertos por Johann August Ephraim Goeze, un zoólogo acuático, en 1773. Con más de 900 especies de osos de agua se encuentran por todo el mundo, desde las montañas del Himalaya (en altitudes de más de 6000 metros) hasta zonas del profundo océano (4000 metros bajo el nivel del mar).
Lo increíble acerca de estas pequeñas criaturas es lo resistentes que son a casi todo. Pueden estar en el espacio, en las calientes fosas volcánicas oceánicas, o en las frías aguas de los polos. Pueden sobrevivir en ambientes con temperaturas extremadamente bajas, hasta los -272º C y altas, hasta los 151º C. También pueden sobrevivir a unas 57 veces más radiación que los humanos. No importa donde estén, la supervivencia de estos seres es una garantía.
Los tardígrados (Tardigrada), llamados comúnmente osos de agua, constituyen un filo de invertebrados protóstomos segmentados microscópicos (de 0,1 a 1,2 mm) que habitan en el agua y poseen entre seis y ocho patas en pares ordenados. Los tardígrados fueron descritos por primera vez por Johann August Ephraim Goeze en 1773. El nombre Tardigrada significa “de paso lento” y fue dado por Lazzaro Spallanzani en 1777, precisamente a causa de la lentitud de este animal. La denominación oso de agua fue dada por Goeze (del alemán Kleine Wasser-Bären, literalmente “ositos de agua”) y proviene de la manera en la que caminan, similar al andar de un oso. Los adultos más grandes pueden alcanzar un largo de 1.5 mm, y los más pequeños situarse por debajo de 0.1 mm. Las larvas pueden ser más pequeñas que 0.05 mm. Se conocen más de 1.000 especies de tardígrados. Algunos autores todavía los consideran una clase de artrópodos, aunque el debate sobre su clasificación sigue completamente abierto, dado que por sus características no se asemejan a otros filos de invertebrados conocidos.
Los tardígrados son especialmente abundantes en la película de humedad que recubre musgos y helechos, aunque no faltan especies oceánicas y de agua dulce, no habiendo virtualmente rincón del mundo que no pueblen.
Su cutícula puede llegar a ser de colores sorprendentemente vistosos, desde tonos rosados hasta azules eléctricos. Además poseen extremidades, dedos, e incluso, unas valiosísimas uñas.
Estructura
Dotados de simetría bilateral, con la zona ventral aplanada y la dorsal convexa, los tardígrados constan de cinco segmentos no diferenciados. Un segmento cefálico de forma roma contiene la boca y, en ocasiones, puntos oculares y cirros sensoriales. Los cuatro segmentos restantes tienen cada uno un par de patas ventrolaterales terminadas con garras (entre cuatro y ocho) o con ventosas; normalmente los primeros tres pares se destinan a la locomoción mientras que el cuarto sirve para anclarse al sustrato dado que los tardígrados son extremadamente ligeros e incluso una leve brisa puede arrastrarlos fácilmente. La cutícula exterior que los recubre puede ser de una gran variedad de colores. Los tardígrados son ovíparos y experimentan un desarrollo directo, sin fases larvarias. Carecen de aparato circulatorio, respiratorio y excretor. Poseen unas células (matoxistemas) que les permiten sobrevivir en cualquier medio ya sea: agua, aire, vacío.
Su estructura de corte modular es aquella que para los expertos en evolución más se ensambla con la idea de simplicidad y máximo rendimiento. Por lo que podemos decir, que tanto son formas simples como muy aptas para cualquier adaptación. En fases de agresiones externas, su postura nos recuerda a la de la cochinilla (familia de losOniscidea), en un proceso de encogimiento y pérdida de los líquidos quedando en una forma fetal (circular) y reduciéndose a un 15% de su tamaño original. Forma que se considera la más adecuada para la protección de los órganos y la integridad del ser en cuestión. Este mecanismo de defensa no se queda en eso solamente, sino que estamos ante la criptobiosis más extraordinaria jamás vista en la naturaleza.
Los tardígrados se alimentan de bacterias, algas, criptógamas, rotíferos, nemátodos y otros invertebrados microscópicos. Normalmente sorben sus células pero en ocasiones ingieren los organismos completos.
Los Tardígrados son ovíparos y carecen de etapa embrionaria, lo que quiere decir, que nacen completamente formados, a la derecha un ejemplo.
Criptobiosis*[2]
Tal vez la cualidad más fascinante de los tardígrados es su capacidad, ensituaciones medioambientales extremas, de entrar en estados de animación suspendida conocidos como criptobiosis. Mediante un proceso de deshidratación, pueden pasar de tener el habitual 85% de agua corporal a quedarse con tan solo un 3%. En este estado el crecimiento, la reproducción y el metabolismo se reducen o cesan temporalmente y así pueden pasar cientos, quizás miles, de años. A mediados de siglo XX, un científico holandés añadió agua a algunos tardígrados secos que estaban sobre la hoja de un helecho que llevaba seca en un museo desde el siglo XVII y, tras 200 años, se despertaron y continuaron su vida normalmente. Esta resistencia permite a los tardígrados sobrevivir a temporadas de frío y sequedad extremos, radiorresistencia a la radiación ionizante y resistencia al calor y la polución. Existen estudios que demuestran que, en estado de metabolismo indetectable, pueden sobrevivir a temperaturas que oscilan entre los -272º C y los 149º C, así como a la inmersión en alcohol puro y en éter. Científicos rusos afirman haber encontrado tardígrados vivos en la cubierta de los cohetes recién llegados de vuelta del espacio exterior. Recientes investigaciones demuestran que son capaces de sobrevivir en el espacio exterior. Otra posible faceta sorprendente de estos invertebrados es que existen indicios importantes de que son eutélicos, es decir que el número de células de su cuerpo sería fijo para cada especie, como les ocurre a los nemátodos.

Todas estas características hacen, de estos pequeños animales, que se abran nuevas puertas a la investigación del desarrollo de la vida en la Tierra. Estos datos han hecho plantearse a los cinetíficos la posibilidad de que estos seres llegasen a la Tierra desde otro lugar externo por medio de meteoritos, o incluso, hacer conjeturas sobre la naturaleza sorprendente de una forma de vida que parece no conocer la muerte.
La relación vida-muerte es aquella que define a todo ser de la naturaleza, y estos bichitos, la ponen en entredicho.
¿Podríamos imaginar un animal que muere para volver a la vida, cuantas veces sea necesario? ¿Qué son verdaderamente? ¿Cuánto nos falta aún por saber de nuestro planeta o nuestra naturaleza? Son cuestiones que hacen zozobrar los pilares de la ciencia tradicional.
Fuentes:

*[1] Aún actualmente no está clara su división por clases, ya que cada día se están descubriendo nuevos datos que pueden alterar lo investigado sobre ellos.
*[2] Criptobiosis, es un estado que consiste en la suspensión de los procesos metabólicos, a la que algunos seres vivos entran cuando las condiciones medioambientales llegan a ser extremas. Un organismo en estado criptobiótico puede vivir indefinidamente hasta que las condiciones sean habitables de nuevo. Los tardígrados, los wetas, así como algunas especies de peces y de batracios recurren a esta facultad. Estos animales son capaces de entrar en un proceso de criptobiosis durante los fuertes inviernos, gracias a lo cual logran sobrevivir esto es, durante el tiempo frío en el cual la temperatura se encuentra debajo del 0°C. Por ejemplo,  los wetashibernan en un estado de suspensión animada en el cual pese al total congelamiento de su cuerpo y la desaparición de signos vitales, no se produce la ruptura de sus células ni de sus tejidos por la cristalización del agua que se encuentra en los mismos. Pueden llegar a vivir hasta los cinco años. Animación suspendida (suspensión animada) es la ralentización de los procesos vitales por medios externos sin llegar a la muerte. La respiración, los latidos del corazón, y otras funciones involuntarias pueden enlentecer, pero este proceso sólo puede ser detectado por medios artificiales teniendo presente los fenómenos físicos y químicos involucrados en el congelamiento de la materia viva. La animación suspendida tiene aplicación en astronautas que en el futuro viajen meses antes de llegar a su destino interestelar.


Imagenes de tardígrados.

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