domingo, 14 de agosto de 2011

El ASTEROIDE 2004 MN4, DE CASI MEDIO KM. DE DIÁMETRO, PASARÁ EN 2029 MAS CERCA QUE LOS SATÉLITES GEOESTACIONARIOS

El  ASTEROIDE 2004 MN4, DE CASI MEDIO KM. DE DIÁMETRO, PASARÁ EN 2029  MAS CERCA QUE LOS SATÉLITES GEOESTACIONARIOS.
El record de una futura aproximación de un asteroide a la Tierra según la lista http://cfa-www.harvard.edu/iau/lists/PHACloseApp.html, lo ostenta el planetoide 2004 MN4 (99.942 Apophis), que se aproximará el 13 de abril de 2029 a sólo 30.000 kilómetros de la Tierra, es decir, a 4,7 radios terrestres. Durante dicha aproximación, el astro será visible a simple vista como un objeto de cuarta magnitud y cruzará la bóveda celeste en poco más de una hora.
No obstante, no se descarta de forma absoluta la colisión, aunque es muy improbable si el astro no se ve sometido a efectos no gravitatorios; por ejemplo, si posee un núcleo de hielo de un antiguo origen cometario, generaría jets o chorros que lo desviarían de la órbita y lo podrían hacer chocar con la Tierra. De cualquier forma, su órbita casi circular es un claro indicio de que no se trata de un antiguo cometa y, por tanto, probablemente mantendrá su estabilidad orbital. Otra posible causa sería tener algún encuentro gravitatorio con otro planetoide o experimentar algún choque con un gran meteorito. De cualquier forma, la probabilidad es remota y más si tenemos en cuenta que circula lejos de áreas de alta densidad de asteroides.



Durante diciembre de 2004 y enero de 2005, el asteroide 2004 MN4, llegó a tener un riesgo de colisión de sólo 1/39 (4Torino), cuando ningún astro anteriormente había pasado de (2Torino) y más si tenemos en cuenta que 2004 MN4 respondía a una órbita de redescubrimiento; es decir, con un arco de observaciones muy extenso que daba mucha precisión al cálculo. En la lista del JPL se dan los cuerpos cuyo riesgo de choque con nuestro planeta es mayor a 1/1000000 con los datos actuales. http://neo.jpl.nasa.gov/risk/
2004 MN4 fue descubierto desde el observatorio de Kitt Peak, en Arizona, el 19 de junio de 2004; por Roy Tucker, David Tholen y F. Bernardi. Su redescubrimiento en la siguiente aproximación fue realizado el 18 de diciembre de 2004 por Garrard desde Australia. Con los cálculos consecuentes, el asteroide todavía se aproximaba más a la Tierra y en la lista de asteroides con riesgo de colisión del JPL alcanzó la escala (4Torino). El revuelo informativo fue intenso movilizando a muchos observatorios, lo que posibilitó que a fecha 8 de febrero se dispusiera de un total  609 mediciones astrométricas ópticas, dos de radar y tres Doppler, estas últimas llevadas a cabo desde Arecibo en Puerto Rico. Con los datos ya suficientes obtenidos, se precisó todavía más la órbita y se consiguió sacar de la lista de riesgo a 2004 MN4,  por lo menos en la aproximación extrema de 2029, quedando, no obstante, como asteroide “peligroso” en nueve aproximaciones posteriores que van desde 2034 a 2054, si bien con un riesgo no superior a (1Torino) http://neo.jpl.nasa.gov/risk/a99942.html,
El asteroide 2004 MN4 presenta una magnitud absoluta H=19.5, lo que significa que su diámetro rondaría el medio kilómetro. Las observaciones posteriores lo han precisado en 320 metros. Cada 323 días se aproxima a la órbita de la Tierra, si ello sucede en fechas próximas a mediados de abril, el astro coincide con la Tierra y hay riesgo de choque. En esas circunstancias, el asteroide se acerca a una velocidad relativa a la Tierra de casi seis kilómetros por segundo. De chocar con nuestro planeta, se aceleraría por efecto de la gravitación hasta 12,4 kilómetros por segundo. Dado su tamaño, las consecuencias serían, sin duda, graves.
Al ser su diámetro superior a 100 metros, los modelos físicos indican que no se descompondría en la atmósfera, alcanzando el suelo a una velocidad sólo ligeramente inferior a la inicial de entrada en la atmósfera. Durante la colisión, dada su masa de 45 millones de toneladas, transformaría 2* 10E 18 joules ( dos trillones “españoles” de joules) de energía cinética a principalmente térmica, originando un cráter de cerca de tres kilómetros de diámetro y varios cientos de profundidad. La onda térmica arrasaría un área próxima a 10.000 kilómetros cuadrados y depositaría materiales en la estratosfera que reducirían cerca de un 10 por ciento la radiación solar, causando efectos semejantes a la erupción del Tambora, en 1815. Los efectos serían equivalentes a la explosión de una bomba de 1000 megatones.
Muchos asteroides se han aproximado a la Tierra, incluso a menores distancias, pero se trata de cuerpos muy pequeños de pocos metros de diámetro. Algunos de ellos, chocan de forma habitual con nuestra atmósfera superior ocasionando fuentes de calor equivalentes a explosiones de hasta kilotones de TNT. En el pasado, rusos y norteamericanos se llegaron a reprochar la realización de aparentes pruebas nucleares en la alta atmósfera, cuando todavía se desconocía la alta densidad de asteroides que se aproximan a nuestro planeta. Muestra de la gran afluencia de cuerpos que se han aproximado a la Tierra, con orbitas calculadas las podemos ver en la lista http://cfa-www.harvard.edu/iau/lists/Closest.html



Carlos de Torres,
presidente de la Sociedad Astronómica de España y América

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